Atlas

Cuando un mortal muere, no pasa nada. El mundo donde estaba sigue tranquilamente sin él. Yo, en cambio, no puedo morir. Si muriera no habría nadie para enterrarme, no habría tierra, ni pala, ni mano, no habría agujero para meter el muerto ni muerto para meter en el agujero, no habría nada, porque yo soy todo y sin mí nada puede haber. Yo tengo que estar despierto siempre, vigilando, porque si me durmiera el mundo se caería en la oscuridad más absoluta de la nada, y la nada, como sabemos, es algo que no puede ser. Les aseguro que todo esto es muy cansado.

No hay comentarios.:

dios cristo jesús jesucristo adolescente dioses fe papa de roma omnipotencia religión decretos divinos cristianismo cristiano musulmán islam judaismo judío credo rosario