El socialismo divino

Me multiplico y me acuesto con reyes y con indigentes y cuando están bien dormidos en sus camas, ya sean de plumas de quetzal o de cartones de lejía, les cambio de sitio sin que se den cuenta. De momento nadie ha protestado.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Divinidad, vaya sorpresa. Juan Carlos I ¿quiés es en realidad?

dios dijo...

Querido mortal, con mi omnisciencia deduzco que hablás de Juan Carlos I Rey de España, de Castilla, de León, de Aragón, de las Dos Sicilias, de Jerusalén, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Menorca, de Jaén, de los Algarves, de Algeciras, de Gibraltar, de las Islas Canarias, de las Indias Orientales y Occidentales y de las Islas y Tierra Firme del Mar Océano; Archiduque de Austria; Duque de Borgoña, Brabante, Milán, Atenas y Neopatria; Conde de Habsburgo, Flandes, el Tirol, el Rosellón y Barcelona, Señor de Vizcaya y Molina. Si es así, me temo que no entiendo tu pregunta, pues Juan Carlos I es Juan Carlos I. ¿Te referís acaso a quien es Juan Carlos I en el contexto de la eternidad? De ser así, la respuesta es nada. Reyes, indigentes, todo es nada.

Anónimo dijo...

No quería ofender a vuestra divina providencia... Sólo quería saber si lo habíais cambiado con algún indigente sin que se enterara.

dios dijo...

Ah, entonces sí, claro. ¿No te diste cuenta, mortal? Quizá no. Hay que tener en cuenta que lo que para mí son obviedades para los humanos a veces no pasa de metáforas.

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